Si el reloj circadiano se desajusta, es decir si cada célula maneja una hora diferente , sucede una desincronización y podría causar enfermedades metabólicas como la diabetes, enfermedades del ciclo celular como el cáncer, y además diversos trastornos mentales como son depresión o la esquizofrenia
En nuestro cuerpo tenemos un reloj circadiano que controla nuestro organismo a partir de unos genes que funcionan como el péndulo de dicho reloj, el cual regula el horario de las diversas actividades en los seres vivos a lo largo del día, los meses e incluso los años, mencionó Raúl Antonio Aguilar Roblero, investigador del Instituto de Fisiología Celular, de la UNAM.
Aunque estos genes se expresan en todas las células, el reloj o marcapaso que los coordina, localizado en el cerebro de los mamíferos, funciona automáticamente, añadió el investigador.
Si se desajusta, es decir, si cada célula maneja diferente hora, sucede una desincronización y podría causar enfermedades metabólicas como la diabetes; enfermedades del ciclo celular como el cáncer, y además, diversos trastornos mentales como la depresión o la esquizofrenia, entre otros.
Este conocimiento se obtuvo a través de estudios realizados en la mosca de la fruta, donde detectaron por primera vez dichos genes-reloj encargados de hacer funcionar la maquinaria celular para medir el tiempo, lo que les valió el Premio Nobel de Medicina 2017 a Jeffrey C. Hall, Michael W. Young y Michael Rosbash.
Desde el origen de la vida
Aguilar Roblero explicó que todos los seres vivos presentan variaciones en las funciones a lo largo de las 24 horas, y esto se debe a que desde el momento mismo en que se originó la vida, se adaptó a un medio ambiente que oscilaba entre el día y la noche, así como sus consecuencias como los ciclos de la temperatura, la presión, y la cantidad de radiación.
En estas condiciones se originó la vida, y desde las primeras células que surgieron en la Tierra, tenemos la expresión de los ritmos circadianos como una manifestación de este orden temporal interiorizado a las células en forma de genes.
En primer lugar, añadió el especialista, el gen que está en el DNA se transcribe a un comando en forma de RNA que sale del núcleo y es convertido en proteínas en el citoplasma de una célula. Estas proteínas se unen entre sí y regresan al núcleo donde regulan su propia transcripción, es decir, inhiben que sigan produciéndose más de esta proteína.
Este proceso de iniciar la síntesis de la proteína y terminarla lleva aproximadamente 24 horas. Son varios genes, y aunque son ligeramente distintos la secuencia básica es la misma, y la presentan desde los organismos unicelulares hasta el hombre. Por ejemplo, en los mamíferos se han identificado aproximadamente 12 diferentes.
Otro punto interesante, añadió el investigador, es que estos genes están integrados con otros encargados de regular a nivel genético el metabolismo, el ciclo celular y el desarrollo de los diferentes tejidos.
Además, se expresan en todas las células y tienen un marcapaso localizado en el cerebro que coordina todos los relojes y funciona automáticamente, enfatizó.
Cuando se desajustan puede tener consecuencias como las ya mencionadas y un claro ejemplo es el síndrome jet lag o enfermedad del viajero, donde debido al cambio de horario por trasladarse de un continente a otro, el individuo puede sufrir insomnio, fatiga, incluso depresión, los cuales desaparecen conforme la persona se adapta al nuevo horario.
Esto nos da una idea de la importancia que puede tener el alineamiento circadiano, que influye desde nuestro estado emocional con enfermedades mentales hasta afectaciones físicas. Dicho descubrimiento es muy importante porque vamos a ser capaces de cambiar la forma cómo hacemos la medicina contemporánea, expresó Aguilar Roblero.
Desde la UNAM
En el Laboratorio de Cronobiología del Instituto de Fisiología Celular, se han hecho investigaciones relacionadas. Por ejemplo, el investigador detalló que estudiaron cómo funciona un tratamiento antisicótico con haloperidol en el hospital psiquiátrico Fray Fernandino Álvarez.
Regularmente, este medicamento se da tres veces al día y descubrieron que los pacientes tardan un mes o un poco más en controlar sus síntomas, como son las alucinaciones y todo lo que lleva a la esquizofrenia.
Así, decidieron proporcionar una dosis más pequeña a los pacientes, una sola vez por la noche. “Logramos que los pacientes se dieran de alta en la mitad del tiempo en dos o tres semanas cuando mucho, y con una remisión más completa de sus síntomas”.
Además, no tuvo efectos colaterales que regularmente estos medicamentos producen como son la enfermedad de Parkinson, donde el afectado tensa los músculos y tiembla constantemente, como si padeciera dicha enfermedad de forma avanzada, pero si consumían el fármaco una vez por la mañana, se producían los síntomas de dicha enfermedad, además de que continuaban sus alucinaciones.
“Esto nos dice que el mismo fármaco a una hora influía sobre sus procesos mentales y sobre su imaginación, pero a otra hora actuaba sobre su sistema motor y además les produce el Mal de Parkinson”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Poe favor comentarios responsables y constructivos.