Las condiciones y las formas de
trabajo están cambiando rápidamente adaptándose
a la
nueva tecnología y al desarrollo
vertiginoso de la informática, el paradigma de “adaptar el trabajo a las
personas y no las personas al trabajo” cada vez se cumple menos, y es el
trabajador el que debe adaptarse al trabajo y a sus evolucionadas y nuevas
formas.
Ese cambio vertiginoso, en países
como el nuestro, si bien mejora la productividad, la eficiencia y genera desarrollo,
deja fuera del mercado laboral a muchas personas porque “resume” la necesidad
de fuerza laboral, y porque pone en obsolescencia a trabajadores que no pueden adaptarse a la
realidad tecnológica e informática
cambiante, deja cesantes o en inferioridad de participar laboralmente a trabajadores de generaciones en edad productiva que no contaron con la disponibilidad de
crecer y educarse con la tecnología y la informática como herramientasl
ordinarias en su educación, relegándolos a labores básicas que no requieran de
esas habilidades y conocimientos, o dejándolos desempleados.
El mundo laboral ha cambiado en,
relativamente, poco tiempo, se cambio de la estabilidad laboral para los
trabajadores que contaban con trabajo, a la “deslaboralizacion” del trabajo
donde hay inestabilidad laboral por
la forma
de contratación y la subcontratación, para poder facilitar una forma de contrató que alivie las cargas laborales para los
empleadores y para facilitar disponer de
trabajadores que se adapten a las nuevas
tecnologías y exigencias laborales.
Ya no existe seguridad en el
trabajo, no hay lealtad entre las
partes: ni de los empleadores, ni de los trabajadores, las empresas trabajan
con personal en misión, contratistas, subcontratistas, tienen relaciones con
ellos que están sujetas exclusivamente a
sus intereses y necesidades cada vez mas puntuales; los trabajadores
venden su fuerza de trabajo sin comprometer
su pertenencia, se la venden al mejor comprador y en el momento de la mejor oferta.
La demanda de trabajo supera cada
vez más la oferta, lo que agrava la situación, cada día hay más gente que
trabaje por menos paga, por la necesidad
de trabajar para sobrevivir; este
ambiente enrarecido por las actuales
formas y condiciones de trabajo genera
deslealtad, cultura del “todo vale” y perversidad en las relaciones laborales,
personales, comerciales y sociales.
De alguna manera, en Colombia, la
gran brecha en la oportunidad y calidad
de la educación pone en desventaja laboral a las población que no han
tenido la oportunidad de educarse con tecnología y herramientas informáticas,
en una sociedad donde el trabajo cada vez más se basa más en ellas. Los trabajadores que han
tenido la oportunidad y el privilegio de
contar con tecnología y herramientas informáticas en su educación, ante la gran oferta de trabajadores y la intensa competencia laboral, deben
trabajar por menos dinero e ingeniárselas para lograr y mantener “trabajo digno”.
Estos cambios en las condiciones y formas de trabajo, en las condiciones de nuestro pais, aumentan
el riesgo psicosocial a nivel laboral
en quienes trabajan en estas
condiciones, y en los
desempleados por estar desempleados o
sub empleados, mantienen en ebullicion el clima social.
El cambio es necesario para el desarrollo del pais y para poder participar del mercado global, pero, debe ir acompañado de politicas y acciones educativas y laborales que permitan adaptar la fuerza laboral a sus condiciones y exigencias, de manera que la brecha en educacion no ahonde mas la brecha social.
Carlos Grisales Rojas MD. MSO.
Veedor Delegado para el SGRP.